Der Panther

Mientras avanza dibujando una y otra vez
con sus pisadas círculos estrechos,
el movimiento de sus patas hábiles y suaves
va mostrando una rotunda danza,
en torno a un centro en el que sigue alerta
una imponente voluntad.
RILKE


22 de enero de 2010

SUGESTIONES






Tus pupilas se vuelven pardas con la luz de las diez de la mañana. Ni siquiera el arañazo del despertador puede contigo. Reconozco que se me traba la lengua, y hacen falta tijeras para seguir con las frases que sé que te van a llevar a la cima, donde serás vulnerable, blanda, abierta, azul en todos los sentidos. Debo decir, también, que tu forma de doblar las frases o girarlas con volantazos de imaginación me pone. Eres tan tierna cuando no te das cuenta de que te examino con lupa. Tan cáustica cuando te acercas afilando las uñas y moviendo las caderas. Será el vapor en las ventanas que se aferran al mes de enero.

Tus pupilas se vuelven áureas con la luz de las cuatro de la tarde. Estirarte, como si se tratara de tu punto fuerte y necesitases desprenderte de tus extremidades y luego lamer la soledad. Rechazar la merienda cuando la vida te suena a tarea obligatoria. Reconozco que me quedo quieto a tu lado y sólo verte leer me hace libre. Debo decir, también, que tus gemelos, tus rodillas, y los valles tersos de tus muslos me ponen. Pero es la hora del té.

Tus pupilas se vuelven añiles con la luz de las una de la madrugada. A esa hora una descarga de electrones te recorre desde los dedos pequeños de los pies hasta la nuca. Acechas, gatuna, elegante, sin agresividad pero con un mínimo de violencia para paliar las ganas. Reconozco que en ese momento siento los hilos invisibles que jamás me dejarán ir, siento la vibración de nuestras neuronas llegando a la conclusión de que puede que seamos el placebo para largos años de tedio y añoranzas. Debo decir, también, que tus manos, que ya no son felinas, sino de pájaro huidizo aunque picante sobre mi espalda, me ponen. Pero es la hora...

2 comentarios:

  1. quiero despertar, si no, no vivo23 de enero de 2010, 9:06

    Chica me dejas estupefacta, cuando comienzo a leer cualquiera de tus texto, los ojos no pueden parar de leer. sigue así y no pares de crear. A propósito, los dedos de los piés no tiene nombre.
    http://notajunto.wordpress.com/2007/09/30/%C2%BFcomo-se-llaman-los-dedos-de-los-pies/

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