Der Panther

Mientras avanza dibujando una y otra vez
con sus pisadas círculos estrechos,
el movimiento de sus patas hábiles y suaves
va mostrando una rotunda danza,
en torno a un centro en el que sigue alerta
una imponente voluntad.
RILKE


17 de marzo de 2010

eidos

Definirme positiva a veces no es suficiente, aunque se note el buen sabor de la noche cuando el cielo está en pleno azul. Definirme imaginable a veces me lleva por los aires, me pierde y no hay quien me baje. Por la madrugada los escombros de la ciudad son más altos y escarpados, pero puedo dejarlos atrás de un salto, llenándome los pulmones de cositas como tú. En las madrugadas el cielo está en pleno azul (porque soy imaginable) y los ojos se me ponen pardos y se me afilan las pupilas, en las madrugadas no hay disfraces.
Es cuando me cruzo con el gato negro en esa esquina, donde hay un charco permanente bajo la farola que hace de luna. Ese gato que no se mueve ni amenaza, no se entera, no teme ni debe decirme nada. Solamente me recuerda que en su silueta reside mi esencia más oscura. Mi silueta de madrugada, de pupilas afiladas, mi silueta felina callejera y enredada en las alturas. Mi silueta independiente y llena en sí misma.


La parte de mí que sólo sobrevive sola.

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