Der Panther

Mientras avanza dibujando una y otra vez
con sus pisadas círculos estrechos,
el movimiento de sus patas hábiles y suaves
va mostrando una rotunda danza,
en torno a un centro en el que sigue alerta
una imponente voluntad.
RILKE


4 de febrero de 2011

Big Crunch

Todo su ser sin convicciones, su turbia transparencia. El rasto doliente que me deja el tequila en la garganta (ojalá me arrancara la voz, y no tuviera que hablarle), el desfile de dedos acusadores, de cabezas –no­- pensantes, flujo de indecisiones en mi existencia. Todo lo que provenga de mentiras, pisoteado. Que me rodeen contradicciones y me desnuden, atácame con tu esencia irónica. Estoy desarmada. El monumental peso de ambiciones calientes, del color de un atardecer empapado, todo sobre mis hombros. Que no valen más que cualquier escaparate en rebajas, y las tardes de inviernos no compartidas.
Yo juego con la idea de atacarte, morderte: ojalá llegase tu muerte (si antes pides perdón).
Porque las mujeres concentramos sus corazones en el seco bailar de nuestras faldas, en el contacto cálido y húmedo de nuestro pecho casi podrido. Los papeles de femme fatale vienen por herencia animal, y la envoltura se resume en un todo.

Pasa a tomar una taza de café, que yo me beberé tu alma.

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Re acciona