El mundo como un inmaculado muñón
la palabra en la luz sólida de las cristaleras medievales
cien sables
atravesando la métrica de vuestros discursos
justo por el centro de mi tráquea
El grupo de hombres guerreros:
la quemadura de la antorcha constituye
mis intestinos
y mientras la quietud y el sueño viejo
la poesía esterilizada
el habla engrasando maquinarias
conquistando el Mediterráneo
la poesía estéril
la cruz
que me dio Europa
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Brillante.
ResponderEliminarTe sigo.
Nos huelemos.
Te echo.
ResponderEliminarDe menos
Ardemos en la misma cruz.
ResponderEliminarBesos.