Podríamos tenerlo claro, de una vez por todas.
Yo conozco el exacto vaivén de tus pupilas,
Cuando quieres huir. Te me descentras.
Lo mejor de nuestro principio fue el big bang,
Los ruidos de la cama que gime y que se queja,
Los besos en estampida y filosofar enroscados,
Como aguiluchos, como enredaderas que se trepan.
Porque hasta el chocolate de la mañana sabía a ti,
Hay pedazos de ti que nadie conoce,
yo soy una nueva Colón en tu cuerpo.
Lo peor de nuestro final fue reventar los frutos contra la pared,
Los espejos rotos y tu berrinche de niño alcohólico,
Hombre fugaz incapaz de pelear cuando la vida se lo pide.
Y otro pedazo de desamor en pantalla, mejor que en vena,
Te cenaría esta noche pero te gusta ser escurridizo.
Así que pasaré un tiempo con rock’n roll chirriante antes de dormir,
Ya que no va a ser la cama la que gima y se queje.
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