Podemos esperar a que se evapore del todo el perfil de esta ciudad con tanta tormenta.
Podemos decidir ponernos a secar y volvernos hojas de otoño, tampoco nos queda tanto.
Pero la verdad es que tenemos hambre,
ganas,
poco dinero.
Y eso nos gusta. Nos muestra que tenemos impulsos eléctricos en vez de latidos.
Por mi parte, dejo de esperar. Sólo tienes que quitarte esa máscara otra vez...
Y a ver a quién se le dilatan más las pupilas.
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Re acciona