No consigo librarme
del frío, la tos, los vahos,
los zumos de naranja.
Hace tiempo te lo confesé:
prefiero el infierno
a nada.
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Mientras avanza dibujando una y otra vez
con sus pisadas círculos estrechos,
el movimiento de sus patas hábiles y suaves
va mostrando una rotunda danza,
en torno a un centro en el que sigue alerta
una imponente voluntad.
RILKE
Es que la nada es muy poca cosa.
ResponderEliminarHoy he estado viendo fotos de Mollina. Hay que ver cómo duele...
Vale, pero yo soy más de Benedetti : )
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