Su yo convulso acepta ser un monstruo inabarcable
suyo es el nuevo tiempo donde
no se requieren úteros
ni leche
ni semen
ni boca que dirija la palabra
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Mientras avanza dibujando una y otra vez
con sus pisadas círculos estrechos,
el movimiento de sus patas hábiles y suaves
va mostrando una rotunda danza,
en torno a un centro en el que sigue alerta
una imponente voluntad.
RILKE
las palabras se dirijen solas a pesar de los cuerpos intermedios
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