El pulso chirriante de las cadenas en las bicis viejas
recuerda al de mi primitivo corazón.
Mientras avanza dibujando una y otra vez
con sus pisadas círculos estrechos,
el movimiento de sus patas hábiles y suaves
va mostrando una rotunda danza,
en torno a un centro en el que sigue alerta
una imponente voluntad.
RILKE
Pues engrásalo. Cueste lo que cueste...
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