Cubre mi alma
una coraza de sal
maldita,
que retiene las algas
retiene su lágrima y su sangre
la cubre y protege
la aísla,
para siempre;
incluso los poemas
saben a océano.
Mientras avanza dibujando una y otra vez
con sus pisadas círculos estrechos,
el movimiento de sus patas hábiles y suaves
va mostrando una rotunda danza,
en torno a un centro en el que sigue alerta
una imponente voluntad.
RILKE
leer-te y arañar el agua de versos salados,
ResponderEliminarondas, olas, vibración y ondulación.
Una nueva foto en el calendario,
rostros que no dicen nada
un número más para la estadística
dirección web dadaística
mujer percha asomada tras cristales ahumados
electroshok, cardiograma-plano
blanco (y)nfinito